martes, 15 de octubre de 2019

Tras más de 7 años de silencio....por Abel

Me animo a redactar estas palabras con el pleno convencimiento de que nadie las leerá. o al menos se me intuye una posibilidad muy lejana...

Tampoco tengo nada importante que transmitir, al menos para el resto de la humanidad.

Pero resulta que me ha vuelto a picar el gusanillo de devorar kilómetros calzando unas alpargatas y este foro, en este momento, es como gritar en un bosque vacío, donde nadie se hace eco de esas palabras.

Como el Guadiana, aquellos que me conocen saben que he actuado en aquello del correr, de modo que idas y venidas han jalonado a lo largo de los años esta afición

Por causas que solo la mente conoce y que se escapan en la mayoría de las ocasiones al raciocinio del sentido común, se activó hace unos meses el anhelo de rememorar hazañas, más en la línea de las sensaciones que de las marcas.

Y hete aquí que gracias a la tenacidad, de la que soy consciente poseer, he vuelto a las andadas, bueno, más bien a las corridas, atléticamente hablando

Hoy me sorprendía mientras conducía de vuelta de mi trabajo con una sensación que me invadía, algo parecido a un síndrome de abstinencia, pero en este caso saludable pues se trataba de afán por calzarme unas zapas y echarme al camino. Por supuesto nada más llegar a casa, obviando que era hora de comer, me echo a la senda y a dejarme empapar por el casi ausente sonido del campo interrumpido por el repetitivo sonido de la suela de la alpargata golpeando el suelo

Y como quiera que tan solo era esto lo que quería bramar al viento...pues así queda llevado a la práctica en esta corriente de aire electrónica

Saludos a quienes anden por ahí!!

martes, 22 de mayo de 2012

Despedida

Chicos, me largo, me voy, me mudo. Creo que por pura coherencia, dejaré de escribir en este blog. No puedo seguir publicando entradas personales en un supuesto espacio común, de un grupo que no es tal. Y dicho esto sin acritud alguna, por supuesto. Lleva mucho tiempo este espacio casi o totalmente inactivo,  y las pocas entradas que lo actualizan resultan ser mías, así que creo que ha llegado el momento -por fin- de atreverme a tener una nueva criatura virtual. Algunos me habíais animado a ello con anterioridad, y una vez dado el paso, confirmo mis temores: me da pereza, sé que no llevaré periodicidad alguna, pero al menos seguiré escribiendo en un lugar que sienta como mío. Como ilusión por correr jamás me ha faltado hasta ahora, creo que las endorfinas y los machaques continuos que siempre me estoy metiendo acabarán siendo mis musas para poder plasmar mis sensaciones en mi nuevo blog. Sin más, me despido de este lugar, que espero que alguien mantenga o cierre, según proceda. Yo no lo haré.

           Si alguien quiere seguir mis devaneos atléticos y profanos, éste es el lugar.

Keep running. Always.

Javi
     

sábado, 19 de mayo de 2012

Fight for what you Desire -Javi


          Que quede claro que la inactividad –o escasa actividad- del blog no implica en ningún caso que estemos parados, ociosos, contemplativos. La astenia primaveral no nos ha afectado de ningún modo. Seguimos dando guerra, entrenando duro y sufriendo, pero como siempre, ilusionados.
    En mi caso, mi lesión de rodilla sigue desafiándome, pero necesito algo más fuerte que eso para pararme. Eso sí, me ha limitado mis salidas de trail running, cosa que añoro más que nada en esta época. Me limita mucho las bajadas y las subidas, pero hasta que la resonancia que acabo de hacerme no dicte sentencia negativa, seguiré entrenando, porque siempre antepongo mi salud mental a la física. Y si no entreno, no me siento bien mentalmente.


      Sin apenas darnos cuenta, ya estamos preparando la subida al Veleta, que tendrá lugar el próximo 5 de agosto. Este año sí que la haré; ya el año anterior me encontré bien preparado y con fuerzas suficientes para afrontarla, pero por diversas circunstancias no pude estar ahí. Pero como decía, este año es el nuestro; me he propuesto que esta edición voy a hacerla en condiciones, entrenando bien y sin dejar nada al azar. Por supuesto que hablamos de 50 kms de subida continua, con un pequeño infierno entre los kms 23 y 28 que no hay que ignorar. Hablo del centro de visitantes El Dornajo, donde comienza un dantesco serpenteo por la carretera antigua de la Sierra y que bien puede dejar colgados a aquéllos que se atrevan a desafiarlo sin una buena preparación.  Por ello nos hemos propuesto recorrerlo varias veces, reconocer hasta la última grieta de la última curva, una y otra vez. Ya llevamos dos sesiones, suficientes para acostumbrar nuestro organismo al cambio de altitud (hoy hemos ascendido a 2550 metros, en la Hoya de la Mora).


                No nos engañemos. Esto requiere voluntad –que nos sobra-, ilusión –a rebosar- y además logística, que es lo más engorroso. Cada sesión de preparación nos lleva o bien una mañana o una tarde entera. Hay que llevar dos vehículos, uno en el punto de salida y otro en la llegada. A mí en particular es un entrenamiento con una repercusión casi inmediata en mi estado de forma. Cuando entreno la calidad en la ciudad, parece que vuelo, mis pulmones parecen ensancharse y las piernas quieren ir más lejos con cada zancada. Me siento rápido y con confianza, imprescindible para el reto que tenemos por delante.
          La idea es seccionar el recorrido en 4 partes aproximadamente: la primera parte,  como sale inicialmente de la ciudad, no vamos a entrenarla, obviamente; la segunda, partiendo de Cenes de la Vega en adelante, para ir reconociendo los primeros falsos llanos;  la tercera parte incluye necesariamente el paso por el Dornajo, bien rematándolo acabando allí, bien partiendo un poco antes, recorrerlo íntegramente y acabar en la Hoya de la Mora; la cuarta incluye la subida al Pico Veleta, que haremos exclusivamente desde la Hoya de la Mora en alguna ocasión, pero como plato fuerte incluiremos una subida desde el mismo centro de visitantes. Unos 25 kms de subida, que psicológicamente nos prepararán para ir visualizando el pico y tener la certeza de que lo derrotaremos. Sufriremos como bellacos, pero por eso nos gusta lo que hacemos. Hemos empezado con bastante antelación y confiamos en que al menos la parte que podemos controlar la tendremos bien asimilada, la del entrenamiento. La otra, la que siempre amenaza y subyace detrás de toda gran prueba, la suerte, el azar, esperemos que estén de nuestro lado.

     Como siempre que visualizo cualquier reto, automáticamente me acompaña una banda sonora que se instala en mi cabeza ( y en el coche, y en casa, of course), y que es la música oficial de esta subida al Veleta. En este caso, ha querido la casualidad que sea la banda americana Alter Bridge, con Mark Tremonti a la guitarra (ex Creed) la que suena antes de cerrar la puerta de mi coche y empezar a correr. Con este "Metalingus" subiremos al Veleta.

















jueves, 12 de abril de 2012

I MEDIA MARATÓN NOCTURNA CIUDAD DE ÁGUILAS

         Estimados/as corredores/as: Os informamos que el próximo sábado día 28 de abril a la 19.30 horas se va a celebrar la I Media Maratón Ciudad de Águilas (Murcia), pueblo de nuestro compañero de fatigas Txomin. Desde aquí queremos animaros a que acudáis y con vuestra ayuda colaboremos a que este evento se perpetúe todos los años. Como la mayoría sabréis, organizar y dar forma a un proyecto de esta envergadura no es sencillo y conlleva mucho esfuerzo, ilusión y dedicación por parte de los organizadores. Me consta que detrás hay un gran empeño y además contáis con el aliciente de visitar una magnífica ciudad costera, con una gastronomía y ambiente espectaculares. Además, al ser en sábado, no me diréis que no tiene encanto hacer una buena marca en una prueba llana a nivel del mar, para después darse un buen homenaje en cena y copas.
           Os dejo el cartel de la prueba y debajo tenéis el enlace del Club Atletismo Águilas, organizador de la prueba, donde encontraréis toda la información que necesitéis.
           Esperamos vuestra asistencia y la mayor difusión posible del evento. ¡GRACIAS!

                                                          www.clubatletismoaguilas.es

miércoles, 29 de febrero de 2012

XXVIII MARATÓN DE SEVILLA -Por Txomin


Después de unos  días de reposar las sensaciones vividas el pasado fin de semana, es hora de recordar lo acontecido.
Llegamos a Sevilla el sábado por la mañana y nos dirigimos directamente a por los dorsales al Estadio Olímpico. Nos alojamos en el hotel que hay en el mismo Estadio, más cerca imposible, y así eliminamos la zozobra y los nervios de última hora del transporte a la zona de salida.
Después de recoger los dorsales nos dirigimos a la comida de hidratos, hay muchísima gente, un gran ambiente y los macarrones que nos comemos están más buenos de lo que cabía imaginarse, me sorprendió gratamente. Aquí me doy cuenta de lo que es una constante del fin de semana, la organización es perfecta, los voluntarios numerosos, simpáticos y con ganas de agradar.



Por la tarde, tras reposar la comida, visita a la feria del corredor, más pasta para la cena y a la cama tempranito que al día siguiente toca una pechá de correr.
Desayunamos mientras contemplamos desde la cafetería del hotel el que será el escenario de partida de nuestro particular infierno y una vez mediada la carrera el más anhelado y soñado: la pista de atletismo del Estadio.
Tras los últimos preparativos, bajamos al Estadio, el ambiente es espectacular. Cientos de corredores se afanan con los últimos retoques, hay tensión y alegría por igual. Dos vueltecitas de calentamiento y a situarse en la salida. Aprovechamos estos momentos para reflexionar, venimos sin una preparación específica, sin una carga semanal adecuada de kms. Pero hemos decidido correr el maratón y ya no hay vuelta atrás, tocará sufrir y sufriremos. De todos modos si vienes a disputar un maratón sufrirás en un momento u otro a lo largo de la carrera.


Se da la salida y allá vamos, las avenidas son anchas y cada cual coge su ritmo rápidamente. Los primeros kms son rápidos, hay ritmo en las piernas y alegría en el cuerpo. Hago los 3 kms iníciales con Javi pero poco a poco se aleja y yo sigo a mi ritmo. Paso la media maratón en 1:31 a 4:21 de media y con buenas sensaciones.
Pero la alegría en la casa del pobre dura poco y en el km 26 siento un pinchazo en el cuádriceps izquierdo, me mosqueo pero puedo continuar. El pinchazo se transforma en rigidez, que se va contagiando al resto de la pierna. El ritmo disminuye y ya en el 30 tengo la otra pierna igual, de aquí al final ya sólo queda sufrir, se acabó el entrenamiento, voy sin piernas, así que hay que echarle corazón, corazón y cabeza mucha cabeza.
Porque el maratón se corre con la cabeza, porque si no has tenido la sensatez y la cabeza tranquila para calcular el ritmo adecuado, tienes que ser lo suficientemente cabezón y terco para no rendirte cuando todo tu cuerpo te suplica que te pares, que te rindas, que no continúes.
Los kms se hacen eternos y llevo las piernas como bloques, en el 35 me paro y dejo que las asistencias me peguen una auténtica ducha de Réflex, siento un pequeño alivio y prosigo. Desde aquí ya sólo voy fantaseando y motivándome con mi imagen entrando en el Estadio. Pero el momento se hace de rogar y parece no querer llegar.
Finalmente diviso el Estadio, paso el km 41, aprieto los dientes y aumento ligeramente el ritmo, las endorfinas se disparan y ya sólo quiero llegar. Entro gritando eufórico por el túnel y doy la vuelta triunfal por la pista, las 3 horas 10 se me escapan por poco y finalmente acabo en 3:11, mejoro en más de un minuto mi mejor marca y termino muy contento por lo conseguido. He finalizado mi tercer maratón y terminar ya es un éxito.



Devoro las naranjas en meta con fruición y me encuentro con Javi que hace lo mismo, finalmente estiramos brevemente mientras comentamos la jugada, gran carrera de Javi que con 3:09 también hace MMP, rematando una temporada espectacular en cuanto a sensaciones, marcas y resultados.

lunes, 20 de febrero de 2012

28 MARATÓN DE SEVILLA


                No hay mayor prueba atlética que la maratón. Mayor en todos los aspectos. Nada es comparable a las sensaciones que todo el universo maratoniano transmite al corredor. Desde que te inscribes, vives el ambiente previo, la disfrutas, la sufres, la acabas, la reflexionas. Todo conforma una amalgama de vivencias indescriptibles. Yo, al menos, no puedo transmitirlas en palabras. Sólo se siente. Es una experiencia vital, como otras tantas en la vida, sí, pero se nos presenta como un regalo a todos los que tenemos la fortuna de disfrutar corriendo. Hay que correr maratones para sentirse corredor. Ahora lo sé, lo afirmo rotundamente y nada ni nadie me va a quitar esa convicción.
                Ayer disputamos la 28ª Maratón de Sevilla; hoy, extraordinariamente no me encuentro más castigado físicamente que tras una media o algún trail, siento un dolorcillo en ambas rodillas, pero muscularmente subo y bajo escaleras con brío y en general siento energía. Mañana será otra cosa. Para mí los martes son los peores días tras haber competido el domingo.

Sábado. Las matrículas asignadas.

                Si vuelvo a las sensaciones, todo eso se condensa en el sábado. Desde por la mañana estuvimos Txomin y yo empapándonos del ambiente en el mismo estadio olímpico de la Cartuja, pues teníamos reservado allí mismo el hotel. Desde que entras por el dorsal algo te dice que es algo grande, nada que ver con ninguna otra carrera. Se respira ambiente de gran evento,  y como tal te sientes pequeño, dubitativo, nervioso y el cuerpo envía señales muy extrañas. No obstante, aún sigo flipando con la entereza y la parsimonia de mi compañero maratoniano,  no llego a entender su pasmosa tranquilidad. Chapeau por él. Yo estoy fatal. Tengo un careto como un cadáver, blancuzco y con ojeras hasta la barbilla. Miro a la gente haciendo cola para recoger el dorsal, veo sus chándals, sus zapatillas, sus caras, todos parecen estar contentos.  Al mismo tiempo, curiosamente, me siento un privilegiado. Ahí estoy yo, podría no estar, podría estar en cualquier otro lado, pero no, ahí estoy en los prolegómenos de una gran batalla. El ambiente está calmado, el sol radiante, la temperatura no puede ser más perfecta.

                Pasan las horas, el ambiente se sigue disfrutando en la comida de hidratos que prepara la organización de la maratón –excelente en mi opinión. Magnífico entorno y espíritu colectivo, mucha zapatilla de colores, sonrisas y ganas de liberar endorfinas y algo más. Yo, por mi parte, no me siento bien, me noto febril, agotado, venía de una semana pésima de ánimo y salud y aún me noto renqueante.  El miedo subyace, qué duda cabe.  Sin embargo, ceno bien y duermo mejor, algo que me parecía utópico antes de una carrera.
¡A luchar!
Presto.


Tras un buen desayuno con vistas al estadio, el ritual de la vestimenta previa es sobrecogedor. Ahí estamos los dos vistiéndonos, pringándonos de ungüentos varios, poniéndome en mi caso mil y un esparadrapo en los pies, repasando mentalmente todo lo que no puede faltar, es decir, lo de siempre, geles y hasta paquetitos de sal que hurté del hotel –y que a la postre me tomaría en el km 28.
                Salimos hacia el campo de batalla. Lo que se vive en el estadio es inexplicable,  el mosaico de colores y sensaciones se confunden hasta aturdirte y ya entras en conducción automática: sigues a todo el mundo, dices frases incoherentes, murmuras, te sitúas bien cerca del arco, te apretujas, le hueles la nuca al tipo de delante, miras un millón de veces el GPS para comprobar que está OK, con todos los parámetros a CERO… ¿Estarán bien apretados los cordones? Miro al cielo y suena el disparo.


                En pocos segundos estoy en el túnel, evitando el temido embudo que podría haberme engullido de haber salido unos metros más atrás. Cuando diviso la bocana del túnel y veo la luz del día no puedo contenerme y grito con el puño levantado “¡Vaaaamoooos!” en tono guerrero, a lo que acto seguido una turba de miles de personas gritan “¡vaaamooos!”.  Es inútil que escriba lo que sentí. Sólo sé que me daba igual morir allí mismo, ser pisoteado por 5000 personas, sólo por ese segundo todo merecería la pena.
                A la guerra. Sientiendo un magnífico flow mental y físico marcamos los miles a 4’18’’ el primero y sucesivamente van discurriendo en torno a 4’15’’ con una facilidad increíble. Es hora de disfrutar, cojones. Caen los kms, me uno a grupos que van a mi ritmo, Txomin se queda apenas unos metros pero lo intuyo, lo siento detrás. Empiezo a hacer cábalas –sin dejar de disfrutar- y tengo la certeza de que me acercaré a las tres horas. Voy a hacer la media a 1h 30’ con la certeza de que la segunda mitad caerán unos minutos, pero me da igual, viviré de las rentas, no puedo ser conservador ahora. Aún hoy mantengo que si hubiera sido más conservador en la primera parte la segunda tampoco habría mejorado mucho. Esto es maratón. Mientras sea consciente, mientras domine mi cuerpo y mi mente voy a disfrutar, me entregaré al muro, al mazo o a lo que venga, luchando a tumba abierta, cuando quiera que llegue. 


                A partir del km 28 ya no estoy tan feliz. Miro el puñetero Garmin e inexorablemente el ritmo va disminuyendo. Maldición,  jodido cuerpo, jodidas piernas, ¡corred como antes! Pero no hay manera. A partir del 30 vuelvo a retomar el 4’15’’ pero me dura sólo un km. Chico, aquí está tu enemigo, que no sé si son las larguísimas avenidas o yo mismo. Ya me veo mirando al suelo, ya empiezo a jadear y ya veo a gente caminando, sufriendo calambres y algunos hasta gimiendo. Todo da igual. Trato de sortear una y otra vez las trampas que me pone mi propia mente (esto no es para ti, eres un corredor mediocre, qué creías, iluso, párate). Resisto, lucho, lo doy todo. Sé que voy a 4’40’’ y por momentos hasta más lento, pero antepongo una máxima: eres un luchador, y la carrera no se acaba en el 36, cobarde, acaba en el 42 y pico y tú la vas a acabar, estás haciendo lo que te gusta, lo que te hace sentir vivo, así que esto no es la muerte para ti, la muerte es estar parado, sentado, viéndolo desde la barrera, tú estás enfangado en la lucha con toda esta gente. Disfruta sufriendo, como alguien me dijo en este blog.


                Es muy duro. Durísimo. Los últimos kms son una agonía por la supervivencia. Km 38, un cuatro mil, 4 putos miles, es salir de tu casa y llegar hasta la gasolinera BP, ¿cuántas veces lo has hecho?, ¿no hay huevos hoy?. Veo a un chaval de azul agonizar, parándose progresivamente hasta agacharse llorando, le espeto: “esto ya está terminado, vamos”, incluso le empujo y sigue arrastrándose pero mira hacia atrás y ha vuelto a agacharse entre balbuceos ininteligibles. Km 40 y mucha gente aplaude y anima. Aún levanto las manos en señal de agradecimiento. Entro al estadio y puedo palpar la gloria, puedo saborearla, hago el último 400 como mejor puedo, sonriendo, feliz y esta vez sí, levanto los brazos, me acuerdo de todo lo que tengo que acordarme y termino en 3h09’.  En 3h 11’ entra Txomin,  nos abrazamos y nos comemos unas 60 mitades de naranjas entre ambos. Lucimos nuestras medallas, nos sentimos héroes. No he perdido mi escudo, está destrozado, pero lo tengo.


                No me importa hoy nada; lo digo en serio, sé que puedo mejorar, que voy a hacerlo, que voy a hacer menos de 3 horas alguna vez, pero he corrido dignamente, luchando, con una preparación precaria en cuanto a cantidad de kms, he hecho MMP y sobre todo he sido consciente de haber corrido la maratón (las otras 2 anteriores son vagas ensoñaciones con muchísimas lagunas que apenas recuerdo). Estamos contentos , orgullosos  y pletóricos. Así que los matemáticos que se sientan defraudados por mi marca, con perdón, iros a hacer puñetas.

miércoles, 15 de febrero de 2012

M-A-R-A-T-Ó-N


             
            Ahí estamos de nuevo, en la brecha.  Otra vez más desafiando a la distancia mítica; o más bien diría provocándola. De repente me siento débil, enfermizo, y el aplomo y la confianza que me han acompañado durante estos últimos meses se ha desvanecido por completo. Noto cualquier micro-síntoma corporal, un leve malestar intestinal, una ínfima punzada en el gemelo derecho, una insoportable (e inapreciable) dolor de garganta… y en general con un canguelo, una irascibilidad y un estado de continua alerta digna de un adolescente.

                 El domingo estaremos en Sevilla. Estos días son de abstinencia deportiva.  Trato de llevar la alimentación con un rigor y meticulosidad que raya lo psicótico. Proteínas, poca grasa, mucha agua… Mañana carga progresiva de hidratos.  Hoy he querido correr, ¿no he podido?. Sólo el respeto de la maratón me ha aportado la coherencia necesaria para escuchar a mi cuerpo y decir no. He revisado unos 15 foros en estos últimos días; básicamente, sobre la semana previa a la maratón. He pedido consejos, he releído lo que ya sabía, trato de convencerme de que estoy en el buen camino. Este frío no puede traer nada bueno, creo que ya se me ha metido en el cuerpo, seguro que culmina su ataque con una tremenda caída de defensas el sábado por la mañana…

                No sé qué ponerme el domingo. ¡Toma ya! Camiseta de compresión a pelo, con camiseta de tirantes encima, pantalones de competi de la suerte, mallas compresivas tipo sexy underwear… descartado . La camiseta me marca hasta el lunar que tengo al lado del ombligo, pero es cómoda de cojones; la camiseta roja de Dolor y Gloria me ha dado suerte últimamente. ¿Correr por primera vez con música? Mañana pienso empezar a hacerme una recopilación de temas tralleros de rock, heavy, thrash, death metal, punk, hardcore… ¡Pero si no he corrido nunca con un mp3! Quizá sea un aliciente, quizá –como dice Antonio-  ni siquiera la escuche cuando empiece a agonizar vete a saber en qué km. A lo mejor  Strength Beyond Strength de Pantera me da el empujón definitivo hacia los 42 y pico.

                No tengo la sensación de haber entrenado la maratón; ni de lejos. No he hecho tantos kms como dicen en los planes, como cuentan los entendidos y como parece ser imperativo. En el fondo he de reconocer que me hace ilusión correr la maratón; me inscribí como para echar el rato, “bueno, pues preparamos otras cosillas y vivimos de las rentas…”. En el fondo mi mente quería borrar el inenarrable sufrimiento que ya ha vivido, esto le suena…  Pero siendo francos, he distraído a la maratón, qué leches; he estado haciendo mis mejores marcas en media maratón, en 10kms, he hecho una barbaridad de kms por montaña, he adquirido una forma que nunca he tenido. A lo mejor hasta me sale. No sé, pero puedo asegurar que ninguna prueba me genera tal estado de zozobra.  Es como si la vida cotidiana discurriese a cámara lenta ante mis ojos, y como si no fuese real, tangible… la gente me habla, parece que hoy he interaccionado, pero realmente no estoy seguro. ¿Ensoñación? Conduzco de vuelta a casa y soy un autómata (además de un irresponsable, lo sé). En cada hueco de mi cabeza resuena la dichosa palabra: maratón.  Y aquí 2 más 2 no es igual a 4, todos lo sabemos.  Teorías simplistas me vaticinan una locura de marca –en base a mis resultados en media-, pero sé que no se trata de eso.

                Sólo tengo la certeza de la incerteza, pero: ahí estaré de nuevo, en la línea de salida, decidido a buscar el 4’15’’-4’25’’ /km, desde el principio, ambicioso, concentrado. El resultado ya será otra historia. Alea Jacta Est.

jueves, 15 de diciembre de 2011

RECOMPENSA: Triunfo a la Perseverancia


Sufriendo en soledad



En pleno esfuerzo, persiguiendo la gloria




 
DOLOR Y GLORIA
    


Recogiendo frutos. Txomin, victorioso en la VII MM Torre Pacheco



Peleando con mis demonios.


Quemando asfalto murciano.


















Colofón pre-navideño. Marca consolidada.

jueves, 1 de diciembre de 2011

"La Meada del Miedo" -Por Javi

“Yo voy a echar la meada del miedo, ¿vosotros qué?” Contextualizar esta pregunta puede ser, cuanto menos, complejo. ¿En qué situación os imagináis que dicha pregunta puede surgir? Obviamente hablamos de correr en este blog, por lo que el rango de posibilidades se acota considerablemente. Pues chicos, se trata de la pregunta que siempre, invariablemente, nos hacemos cuando nos enfrentamos a nuestra cita semanal con las series. Sí, las series, en la pista de atletismo. Ese entrenamiento tan demonizado y que tanto pavor causa a la gran mayoría de corredores es el que, literalmente, nos hace mearnos de miedo instantes antes de saber que nos vamos a exprimir, que vamos a castigar nuestro cuerpo hasta unos límites bien definidos.
Foto debida a Gregorio, de su genial blog http://www.estoyquenopuedo.blogspot.com/
         Me gustan las series. En otra ocasión anterior hablé de ellas y vuelvo a hacerlo para defenderlas. ¿Con lo que se sufre, te gustan? Sí. No pretenderé convencer a aquéllos convencidos que creen no necesitarlas, o a aquéllos que simplemente las odian, tan sólo hablaré de las sensaciones que a mí me transmiten. Forman parte de mi filosofía, no ya la del corredor que orgullosamente afirmo que soy, sino la de mi propia vida, y quienes me conocen saben que ninguna connotación religiosa hay en ello. Entiendo la vida como una sesión de series. Entiendo el placer como el clímax a un sufrimiento previo, no comprendo la gloria si previamente no he luchado por ella. Y esa agonía no empieza en la pista; empieza días antes, cuando te organizas y programas con tus compañeros la sesión de la semana, cuando piensas el número de repeticiones y ritmos a los que debes correr; cuando te levantas hecho polvo por la mañana antes de las 7 para ir a trabajar y compruebas que salvo la lengua, te duelen todos tus músculos debido a los 25 kms de montaña de los días anteriores y no te queda otra que asumir que esa tarde vas a sufrir… Vas a dejar de hacer muchas actividades a priori más placenteras y sencillas para coger el coche y dirigirte a algo parecido a un pabellón de tortura.

              El dolor ya te hace empequeñecer antes incluso de empezar a calentar. Parece imposible que seas capaz de poner a funcionar tu cuerpo cuando apenas te cuesta lanzar la primera zancada. Los isquiotibiales y gemelos parecen estar perforados por cuchillas debido al intenso entrenamiento anterior. ¿Pero qué hago aquí? Pues bien, todo lo que he dicho es cierto. Sufro, mi cuerpo se encoge ante la inminente agonía y dudo sobremanera. Pero también miento. Disfruto, mis compañeros de fatigas están aquí, vienen dubitativos, temerosos, pero valientemente sonrientes. Hablamos, reimos, programamos, comentamos… todo mientras calentamos, como para evitar hablar de lo que nos espera, como para alejarnos por unos minutos de nuestra auto-infligida miseria. Una última vuelta al tartán y cuando nos faltan 50 metros para la temida línea de salida, “Voy a echar la meada del miedo”, suena tres veces.

               Una vez despojados del líquido del terror, aligeramos ropa, miramos al suelo, después al cielo, después al reloj, una última mirada de soslayo llena de complicidad a tus colegas y entonces empiezas a sentirte fuerte, ignoras la debilidad y sientes una necesidad de cumplir, de no fallarles, de darlo todo, de luchar, de buscar el éxtasis que sabemos nos espera tras cumplir con 18x400, 4x2000, 8x1000, etc. A cada vuelta me repito “ya me quedan 17, ya faltan 13”. Con el paso de las vueltas, detecto rostros de sufrimiento, muecas y ceños consternados, brazos en jarra, miradas perdidas, sudor… Pero también convencimiento, ganas de luchar, de derrotar a la comodidad de poder dejarlo ahí y dejar voluntariamente de sufrir. Sufrimos, seguimos contando hacia atrás. “Esto ya está hecho”.

             Pasamos a la locura, vuelve la luz a nuestras caras, chocamos eufóricamente nuestras manos, lo hemos conseguido, lo hemos hecho, nos hemos ganado la gloria que estábamos persiguiendo, proclamas eufóricas en voz alta invaden la pista… Casi podemos tocar el cielo. Y te sientes en paz contigo mismo, te sientes coherente con tu vida, con tu deporte, con el mundo que te rodea, te crees capaz de destrozar el crono en la próxima carrera. Y en caso de no conseguirlo, puedo asegurar con toda la sinceridad de mi alma que seguiremos meando de miedo todas las veces que hagan falta.

*Dedicado a mis compañeros de fatiga, nadie mejor que ellos saben de lo que hablo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

X MARATÓN ALPINO DE JARAPALOS


Son poco mas de las 5.30 de la mañana cuando tras aparcar junto al cuartel de la guardia civil de Alhaurín de la Torre pregunto a un agente si es posible encontrar algún lugar abierto  a tales horas para tomarse un café. Ante la respuesta negativa del amable agente decido dirigirme a los Llanos de Peñapietra lugar desde el que parte la carrera y donde según la organización habría preparado un desayuno frío. Mejor eso que nada.
Llego poco después de las 6 a los citados llanos y desde el primer momento quedo sorprendido pues aunque la recogida de los últimos dorsales no esta prevista según la organización hasta las 6.45 ya es muy numeroso el grupo de corredores y familiares que se encuentran en la zona. La organización, de la cual mas tarde hablaré, lo tiene todo montado así que me dirijo hacia la carpa donde recojo dorsal y chip y acto seguido me encamino hacia donde estaba reunido todo el mundo que supuse era el lugar del esperado desayuno. Si bien no pude comerme mi habitual tostada de aceite y miel el desayuno era estupendo, habían preparado grandes termos con leche caliente y agua y ponían a disposición del personal todo tipo de cafés solubles, Colacao, infusiones, pastitas, galletas, magdalenas, bocadillitos de varios tipos de fiambre, ... vamos para darse un atracón en toda regla. Así que me preparé mi café y me coloqué en una mesa (que si, que si, que hasta mesas suben allí arriba) para desayunar mientras iba observando al personal que iba llegando.

Creo que eran sobre las 7 de la mañana cuando empezaron a llegar caras conocidas, los primeros fueron Pablo, Manuel, León, Vanesa y Emilio, enseguida empezamos a hablar del plan de carrera, objetivo las 6 horas, Emilio nos explica algunos detalles del recorrido diciendo donde están los puntos mas duros del recorrido y nos lo resume todo en un “señores, que miedo vamos a tener a estas sierras si nosotros venimos de Graná” así que entre charla y charla, llegada de los últimos componentes del grupo, Salva y Aaron, ir al coche a terminar de acicalarse y volver al corral de salida para comprobar chips llegan casi las 8 que es el momento de comenzara moverse.

En cuanto nos ponemos detrás del arco Aaron se coloca en las primeras filas pues como conocedor de la prueba quiere salir fuerte para evitar los tapones que se forman mas adelante. Salva y yo comenzamos a hablar y llegamos al acuerdo, sin decirmos nada, de ir juntos mientras que el resto del grupo queda algo mas atrás. 
Suena el pitido de salida y arrancamos. En un primer momento el terreno pica un poco hacia abajo por una ancha pista con muchas piedras puñeteras que se clavan en la planta del pie sobre todo a los insensatos que hacemos la carrera con zapatillas de asfalto. Esta ancha pista nos conduce a una serie de toboganes muy pronunciados que en un recorrido circular nos lleva al lugar de salida desde donde cogemos en dirección contraria a la que habíamos salido recorriendo una ancha y cómoda pista esta vez con menos piedras. Desde el primer momento Salva y yo vamos hablando de todo un poco. Salva me cuenta que tiene pensado tomarse esta carrera como entreno para la Copa de Andalucía de CXM ,donde ya ha hecho un puesto 19º y un 36º, y que en la última prueba que es en las próximas semanas quiere salir a tope para hacer un buen puesto. Así que para él hoy es un día de trote tranquilo. Casi sin darnos cuenta llegamos a la primera subida donde se forma un autentico tapón que no hace ponernos en cola a todos los corredores como si fuésemos a comprar unas entradas de cine. Esta cola nos mete en un sendero con una espesa vegetación y terreno húmedo y muy escarpado en algunos puntos. 

Aquí vamos andando pues la cantidad de corredores que tenemos por delante junto a lo estrecho del camino hacen imposible adelantar además estamos en lo primeros km y la gente aún está muy fresca con lo que el ritmo es bastante aceptable. Tras esta primera gran subida salimos nuevamente a una pista ancha por la que es posible correr con comodidad aunque el terreno pica hacia arriba no obstante vamos muy frescos y Salva y yo cogemos un buen ritmo no nos hace ir adelantando gente todo el rato. Se me olvidaba comentar que a todo esto ya habíamos pasado por dos de los avituallamientos, colocados cada 5 km aprox. con agua e isotónico en todos y con frutos secos, pasas, dátiles, orejones, ¡¡salchichón!! y mas cosas en alternos, y en cada uno de ellos nos parábamos a beber y comer. Tras otros km muy agradables por la pista tomamos nuevamente otro sendero que pica hacia arriba y que nos lleva al primer pico del perfil de la carrera, el puerto de Málaga. La vista una vez coronado este pico es indescriptible por su belleza, a la derecha se abre una amplia sierra por la que continuaría nuestra carrera y al frente el mar confundiéndose con el cielo hasta el punto que Salva y yo pensamos que un barco era un avión. 

Desde aquí comenzamos una bajada algo técnica que hacemos bastante rápido aunque ya empiezo a darme cuenta de que pese a lo que pensaba no soy tan buen bajador. Hay gente que me pasa volando y a la que soy incapaz de seguir, me fijo en sus pies y veo que apenas tocan el suelo, es como si les quemara he intento imitarlos pero tras un par de tropezones me digo que es mejor probar técnicas otro día ya que una caída podía joderme la carrera.

Tras esta primera bajada que dura unos 3 km empieza la que será la subida a la Bola que es el pico mas alto de la carrera, aquí volvemos a meternos en un sendero en el que es difícil correr pues tenemos mucha gente por delante y es difícil adelantar así que volvemos a adaptar el ritmo que por otro lado es bueno. A esta altura Salva ya se ha resentido de una lesión en la pierna izquierda que se agrava cuando corre y yo tengo un pequeño bajón en una subida que me hace tener que bajar el ritmo durante unos minutos. Pasado el pequeño bajón y tras llegar a otro avituallamiento nos alcanza Pablo que va como una moto y que decide unirse a nosotros pero tras coronar la Bola y comenzar una nueva bajada, esta si muy técnica vemos que Pablo se aleja y no podemos seguirlo, Salva por su lesión y yo por mi poca destreza bajando. 

Aquí empiezo a sufrir mucho en los pies ya que se me clavan todas las piedras y siento muy poca estabilidad debido al inadecuado calzado que uso lo que me hace ir a paso de tortuga mientras los corredores pasan a mi lado como balas. Por fin y tras otros interminable 3 kms termina la bajada y comienza una nueva subida, aquí no hay lugar para el descanso. En esta subida, la última que nos espera Salva me comunica que no puede correr y que tire yo. La verdad es que me lo pienso pero decido quedarme con él, vamos bien de tiempo, creo que podemos bajar de las 6 horas y después de haber recorrido juntos mas de la mitad de la carrera no es el momento de abandonarlo cuando el me ha esperado a mi al principio de la misma. Comenzamos a subir por otra estrecha vereda en al que incluso en un punto hay que ayudarse de una cadena para progresar. Yo vuelvo a tener un bajón que me obliga a pararme unos segundos para coger aliento, me recupero bien pero me doy cuenta de que las bajadas me pasan mucha factura, tengo los pies machacados y me miedo pensar en lo que me puedo encontrar cuando me quite las zapas al llegar a meta. Salva y yo seguimos subiendo y hablando cuanto podemos, a decir verdad si no fuera por el cansancio acumulado no pensaría que a esas alturas llevamos mas de 4 horas dándole a las zapas en un sube y baja constante. Por fin coronamos el último puerto con otro avituallamiento de lujo en el que nos informa que ya todo es por pista y cuesta abajo, nos quedan algo mas de 10 kms y yo tengo muchas ganas de correr pero Salva está que no puede. No obstante ha aprovechado el avituallamiento para pedirle a otro corredor algo de Radio Salil y espera que le haga efecto y por lo menos pueda atenuar el dolor. Comenzamos a andar y al poco somos alcanzados por Manuel y León y decidimos trotar con ellos y Salva me dice que tire yo para adelante, tras varias reiteraciones decido apretar el paso sabiendo que lo dejo con otros dos compañeros. Estoy muy cansado pero tengo ganas de correr y poco a poco voy cogiendo ritmo y adelantando a gente. La bajada no es dura, algo así como la que baja de la Cortijuela a La Guitarra pero el piso es peor ya que este tiene infinidad de piedras que vuelven a hacerme la puñeta clavándose en mi planta y haciendo que maldiga a cada paso que doy aún así no bajo el ritmo y procuro buscar lo bordes de la pista donde se acumulan las hojas de pino haciendo que el piso sea algo mas acolchado. En este momento ya voy muy justito de fuerzas pero estoy de subidón moral pues veo que voy a acabar antes de las 6 horas previstas y empiezo a pensar en MI GRAN MOTIVACIÓN que no son otros que Noelia y Gonzalo, pienso en cada minuto que les robo para entrenar, en cada risa y en cada beso que me pierdo por no estar junto a ellos cuando corro y eso hace que aunque me duela todo no baje el ritmo, no puedo permitirme venirme abajo ahora, no puedo permitirme que todo lo que les quito sea en balde, así que aprieto y cuando empiezo a escuchar la música y el ambiente de meta las endorfinas empiezan a recorrer todo por mi cuerpo aplacando todos los dolores. Cruzo el arco de meta en 5H47’50’’, nunca antes había corrido tanto tiempo seguido. Un felicidad enorme me invade y solo añoro no poder tener aquí a mi familia para abrazarla pero el año que viene si estarán.
La felicidad es mas completa cuando veo que sólo 3 minutos mas tarde entran en meta Salva, Manuel y León, todos juntos.

Como conclusión debo decir que esa frase de que las carreras de montaña “se ganan en las subidas y se pierden en las bajadas" no puede ser mas cierta, Jarapalos es para bajadores y el año que viene con la lección aprendida vendremos a por las 5 H.
Por cierto la organización de 10, es increíble lo bien que lo tratan a uno desde primera hora, antes de las 6 de la mañana, te encuentras gente amable sonriéndote y dándote ánimos, todo son mimos para el corredor. Como anécdota decir que cuando fui a quitarme el chip y no podía agacharme un tipo amable se agacho, sacó los cordones de mis zapatillas, quitó el chip, volvió a meter los cordones en su sitio y los ató. Otro 10 merecen los avituallamientos bien servidos como antes indiqué y en lugares donde algunas veces no es posible llegar con vehículo alguno.    
Por último quiero dar las gracias a esta nueva familia atlética que me ha acogido en estos nuevos retos. Gracias a Pablo, León, Manuel, Emilio, Vanesa, Aaron, Salva, Cesar (te esperamos el próximo año) y demás miembros. He encontrado esa motivación que perdí tras correr el MAPOMA el año pasado y he cambiado el FASTER por el FARTHER. No es que no me atraiga correr una media en 1H25’ o hacer una maratón por debajo de las 3H pero para mi no es comparable al placer que experimento sabiendo que solo necesito mis pies para llegar tan lejos como quiera.
¡Ah!, se me olvidaba. Mis pies bien, gracias.


lunes, 12 de septiembre de 2011

IV MEDIA MARATÓN DE CIUDAD GUADIX

No, no os preocupéis, no me voy a poder a hablar del bonito recorrido de la media de Guadix o de lo favorable de su perfil para conseguir una buena marca.


Tampoco voy a hablar del plan de entrenamiento que he seguido, ni de los kilómetros que he hecho, ni siquiera de los propósitos que tengo para la carrera en cuanto a tiempo objetivo o cosas por el estilo.
No, no voy a hacerlo. Mi propósito es mucho mas simple. Hace ahora unos tres años conocí a un grupo de gente, a una banda, que de una forma u otra cambio mi vida. Y hace ahora tres años tras correr esa medía de Guadix, la primera que corría, nos dimos un buen homenaje en el restaurante Cuevas del Tío Tobas.


Así que el plan es repetir el proceso, correr la media de Guadix para tener la excusa moral de darnos otro homenaje en el mismo lugar.
Pues eso era lo que quería decir. El que quiera apuntarse que lo diga, mas que nada para reservar. Y si no se apunta nadie pues nada, nos vemos por los caminos otro día. Caminos a los que he vuelto, caminos que ya no dejaré.

martes, 12 de julio de 2011

IRON MAN NIZA 2011 (Por Victor Bernier)









El Iron Man de Niza no era una prueba más en el calendario, no se trataba de un nuevo reto, la temporada estaba basada en Niza, había que llegar en las mejores condiciones al día 26 de Junio. Mis entrenamientos no fueron tan anárquicos este año, un compañero y amigo del club, Carlos Linares, se encargó de hacerme comprender la importancia de entrenar con criterio y programó mi temporada, que empezó 28 semanas atrás.
Niza es conocido por ser uno de los Iron Man más duros, pero por quitarnos presión nos íbamos animando y autoconvenciendo de que al final todos los Iron Man son duros. Después de hacerlo puedo afirmar que este fue bastante más duro que Zurich, no ya por el perfil de montaña de la bicicleta sino sobre todo por el calor sofocante en gran parte del sector ciclista y durante todo el maratón.



El viaje lo hice en coche junto a dos grandes, Jesús y Uge. Vamos en un ambiente de calma tensa pero festivo a la vez, con la ilusión y los nervios del juvenil que empieza su temporada, con todo por descubrir. Viajamos de noche y conforme nos acercamos al escenario de la batalla van viniendo los nervios y los comentarios sobre la prueba: qué temperatura hace, cómo es el paisaje,... Llegamos a Niza, una ciudad con encanto Mediterráneo, “la Almuñécar francesa” como la bautizó Uge, contagiada por el glamour de las cercanas Mónaco, Saint Tropez y Cannes.








Pasamos un par de días previos a la prueba preparando el equipo, inspeccionando el circuito, etc. Comemos bien, la cocina mediterránea resulta familiar. Vemos al Chico y Erin y a David Valverde y Casi. El sábado cenamos pronto y nos despedimos para las 9, el día siguiente va a ser largo.



Nos levantamos a las 4. Consigo descansar poco pero me encuentro bien. Como siempre el tiempo previo a la salida en boxes se hace muy corto y estresante por lo que no me da tiempo a entrar en el agua a calentar. Pronto nos vemos todos en la línea de salida. Nos agrupamos David Valverde, Rubén, Gonzalo y un servidor y nos ponemos en el corral de salida de natación de 1h:10m, pero bastante atrás. Son poco menos de las 6:30 de la mañana, el mar es una bandeja a esa hora, en calma, limpio, con un color que evoca al Caribe. Detrás de nosotros un público numeroso y un speaker con look de DJ de Ibiza que pone en marcha al público y contagia esa energía a los triatletas (qué grande eres amigo).



Bocinazo y al agua, mi objetivo es intentar salir en un grupo lo más adelante posible y luego acomodar el ritmo y nadar tranquilo. Para nada, no he recibido más golpes en ninguna otra prueba. Nada más salir me golpean el gemelo con brutalidad y se queda contraído, teniéndome bastante preocupado todo el segmento de natación. Casi todo el trayecto voy recibiendo golpes pero especialmente en la llegada a las boyas. Salgo y veo en el cronómetro oficial 1:13 y algunos segundos. Me animo, he bajado 7 minutos al tiempo de Zurich, esos meses dedicados a la piscina en invierno han dado su fruto, sobre todo teniendo en cuenta esa natación accidentada en la que tuve que parar un par de veces para poder salir de las melés que se formaban.









Salgo en la bicicleta, los primeros 20 km son básicamente llanos, voy buscando encontrarme cómodo y mantener una cadencia alta. En el 20 un recadito, un repecho de 500 mts con un desnivel del 14%, para romper el ritmo cómodo y ponernos en aviso de lo que nos espera a partir de ese punto (un ascenso acumulado de 1800 mts, con 2 puertos importantes). Vamos en un ligero ascenso sobre el km 30, y alcanzo a Rubén y poco más adelante a David Valverde, que me animan a que siga yo adelante, prefieren dosificar. En el 50 llegamos al puerto más largo, col de L'ecre, de 21 km. Sigo intentando mantener la cadencia alta y no cebarme mucho. Este puerto es el que organiza la carrera, adelanto a gente pero también me adelantan muchos a mi. A medida que ganamos altitud el paisaje y las vistas te van envolviendo en el encanto de la costa Azul francesa, dándole ese extra de belleza que tienen las pruebas duras.







Seguimos unos kms de bajada y llano y afrontamos el segundo gran puerto en el km 110, de 7 km, el que pone la puntilla a quien no ha dosificado o no se alimentó correctamente. Lo hago sin encontrarme demasiado cansado, he ido comiendo un plátano en cada avituallamiento. Empiezo a notar sin embargo los efectos del calor, he ido perdiendo mucho líquido. Llegamos a una zona de llano donde se hace un recorrido de ida y vuelta de unos 4 ó 5 kms y empezamos el descenso hacia Niza. Es un descenso peligroso, así que espero que me adelante alguien con más pericia y voy siguiendo los trazados que marcan delante de mí. Se ven varios accidentes, es impactante ver sacar de un barranco a un triatleta en camilla con un collarín inmovilizándole. Finalmente llegamos de nuevo a Gattieres, nos faltan unos 20 km de llano pero el viento es de cara muy fuerte. Es la parte donde más débil me encuentro a pesar de venir de todo el descenso sin dar pedales prácticamente. No sé si por falta de alimento o por el calor y humedad que empezaban a apretar, pero me adelanta mucha gente sin verme con posibilidad de seguir la estela. Para colmo intento adelantar y al ver que no puedo dejo pasar y me sancionan por interpretar drafting, tarjeta negra, 6 minutos en el Penalty box. Termino con 6h:30min, el mismo tiempo que en Zurich, pero el recorrido ha sido mucho más exigente.


Llego a boxes y pierdo mucho tiempo intentando averiguar donde tengo que parar por la sanción, señores franceses, por favor, tengan a alguien en boxes que hable inglés!... salgo al circuito, tengo una invitación para correr en el infierno, 35ºC y 75% de humedad. Mi tiempo de maraton empieza a correr pero me doy cuenta de que no he entendido bien el francés, tengo que volver a la zona de transición porque aquí no se ve ningún penalty box. Me tomo con humor el tiempo de sanción, incluso me despido de la señora mayor del control con un beso y una propuesta de brindar con Champán cuando llegue.


Me encuentro cómodo corriendo pese al calor pero soy precavido, suelo ir mal con calor y no quiero deshidratarme. Me paro en cada avituallamiento (cada 1.8 km) y bebo en abundancia (unos 12 litros de agua en el maraton) y me ducho.



Voy corriendo hasta la media maratón, era lo que me había propuesto. A partir de ahí me relajo y empiezo a intercalar la carrera con andar. Nos vamos cruzando todos, vamos sufriendo casi todos. Me acerco a meta, el speaker está allí y después de más de 12 horas sigue gritando igual. Un grupo de animadoras levantan los pompones al pasar por la recta de meta, te vas acordando de todo, de los entrenamientos, los sacrificios, la gente que te ha ayudado para llegar. Te emocionas y lloras. Marco 12h:42min, puesto 1111, rebajando 40 minutos al tiempo de Zurich. Muy satisfecho.


Un agradecimiento especial Carlos Linares, que me ha ayudado mucho y me ha hecho crecer como triatleta este año.

domingo, 15 de mayo de 2011

I TRAIL VÉLEZ DE BENAUDALLA


ÉSTA ES LA MAGIA QUE UNA CRÓNICA MANCHARÍA. Un breve recuerdo fotográfico que no resume la hemorragia de sufrimiento y placer al unísono, sensaciones encontradas y no incompatibles que han conformado una mañana de ensueño en una gesta de dimensiones bárbaras.


No contaremos nada de perfiles, dificultad del trazado ni tecnicismos propios de un duro trail. Para alabar -y no es baladí decirlo- la organización, empeño y buen hacer de los responsables de la prueba que, entre otras cosas, nos obsequiaron con unos soberbios platos alpujarreños y cerveza para hartarse, consiguiendo que nos sintiéramos prácticamente en familia. Gracias a todos.


Y en el horizonte, y en la perspectiva, apenas vislumbramos fugaces destellos de nuestro porvenir atlético. FROM TRAIL TO ULTRA (Misery Loves Company).























jueves, 28 de abril de 2011

Maratón de Boston 2011, por Daniel Jiménez


El tercer lunes del mes de Abril se conmemora el día del Patriota en la ciudad de Boston, comienzos de la revolución desde el 1897. El maratón de Boston es la más antigua del mundo y esta es su 115 edición, recorre la distancia que hay entre Hopkinton y Boston, que los separan unos 42km, y es una de las FIVE MARATON MAYOR, considerada la más dura de todas y aquí si entro yo, compañeros……….., si es la más dura de todas, por lo menos que yo haya corrido hasta la fecha.







15 de Abril 14,15h nos disponemos a despegar destino Boston, ilusión, ganas, nervios, sonrisas, bromas y sobre todo miedos. Miedos porque nos han dicho que es muy dura, porque el ROMPE CORAZONES, hace honor a su nombre, y porque antes de este, le preceden otros dos más duros aún que el que solo se nombra. Pero ya estamos en camino y las fuerzas de competir están intactas.







Sábado 16, 8,30 hora local, quedamos en el hall del hotel para hacer unos kms, bueno más que unos kilómetros, es como ya una costumbre, mas sesión de fotos por la ciudad, que un entrenamiento y creerme, se ven cosas, se disfruta la ciudad y la gente aquí te admira porque has venido a correr una Maratón y no te dicen como estamos cansados de escuchar “CORRER ES DE COBARDES”, pero aquí no, aquí eres un héroe, te miran, admiran, saludan y hablan, en fin todos los que leéis esto sabéis de que os hablo y de cómo son nuestras costumbres y que nadie entiende hasta que lo practica, y es cuando empiezan a saber de ese placer doloroso que es un carrera de esta categoría y distancia, de ese sufrimiento por pisar una meta que piensas nunca veras, pero que al final se cruza y se levantan los brazos con más ganas que nunca.







Bueno como os iba contando, pasas por el parque del centro de la ciudad, ese donde tantas y tantas películas se han rodado, Infiltrados, Love History….., y te acercas poco a poco hasta el otro extremo, el famoso Charles Rives, que sensación correr por ese filo, donde por cierto, es un reguero de gente corriendo y no precisamente gente que va a correr la maratón, si no gente que lo hace a diario. De vuelta al hotel y encarando una avenida sin fin, vemos el arco de la llegada del lunes, mas subidon si cabe para nuestros cuerpos, saltamos, gritamos y corremos hacia ella como si ya hubiéramos cubierto las 26,2millas y diciendo GOOD MORNING BOSTON.









Domingo 17, misma hora, mismo sitio de quedada, esta mañana si hay más ganas de correr, ya se termina la espera y es nuestro último contacto con el asfalto hasta la hora de la verdad. Empezamos de nuevo por el parque, nos dirigimos hacia Cheers, famoso bar donde los haya, foto de rigor y se acaban las tonterías, nos metemos mas de 10km, con unos progresivos al final, justo en la puerta del hotel, el trabajo ya está hecho nos dice con voz firme y alentadora Blas, nuestro talismán, nuestro guía.









Lunes 18, 5 de la madrugada hora local, una ducha, un afeitado, un leve masaje y a desayunar, algo de yogurt, cereales y plátanos. Todo con agua mucha agua, no queremos quedar fuera de combate por no habernos alimentado e hidratado bien. 6 de la mañana, quedamos en la puerta del hotel y nos disponemos hacia la salida de los BUS, para que nos lleve hasta la ATHLETES VILLAGE, aquí ya se me ponen los pelos de punta solo de acordarme, no sé como describir estas horas previas, imaginaros casi 30.000 personas caminando hacia un mismo lugar, colas, nervios, frio, todo el que os imaginéis, yo creo que no sobrepasábamos los 5 grados y cada uno dispuesto a su batalla personal, a su calvario y a su gloria. Después de unos minutos de espera, nos toca subir a nosotros, vamos los 5 juntos, CARLOS, BLAS, CHRISTIAN, VICTOR y el que suscribe.








Empieza la cabalgada hasta la línea de salida y formamos una caravana de unos 7 SCHOOL BUS, si si, de esos amarillos típicos y en dirección a Hopkinton, junto al soldado, que es el que nos dará la referencia de donde está la línea de salida. Empezamos a darnos cuenta de donde estamos, que la batalla va a comenzar y nuestras caras van tomando otro caris….., serios, nerviosos, angustiados, pero con ganas. Comenzamos con los rituales pertinentes, ya sabéis, baño, cremas, vaselina, avituallamiento, dorsales, ropa y a calentar.









Comenzamos a andar hacia las cuadras y nuestros nervios siguen aflorando, empezamos a enclavarnos en cada una de las salidas a las que pertenecemos, sin ni siquiera intentar salir todos desde la misma y antes de despedirnos hacemos piña y nos abrazamos juntando las cabezas en el centro del corro, Blas nos habla con voz emotiva y con todo el corazón del mundo, dice: “Hemos trabajado mucho para estar aquí, id con cabeza, cuidado en las bajadas y no forcéis que se puede hacer muy larga la carrera.” “SUERTE A TODOS”, nos miramos, nos saludos y como gladiadores en épocas romanas, nos dirigimos cada uno a nuestro León. Yo por el tiempo de Londres tengo la suerte de estar en la cuadra uno y como nos dijo un corredor local, si vais en el primer cajón, pegaros a la valla de la izquierda, es por donde entra la elite después del calentamiento y 5 minutos antes de la salida, dicho y hecho, ahí me posicione y no os cuento que subidon, cuando empiezan a pasar unos 15 o 20 corredores que componen ese grupo de elite, no creo que fueran más, pero a todos los salude y choque las palmas de las manos GOOD LUCK, hasta que sale el americano y se vuelve loca la gente, si es que ya no lo estaba, RYAN HALL pasa junto a mí, se para enfrente y me choca las dos manos a la vez, que por cierto en una de ellas aun llevaba un bidón de liquido, hay que hidratarse hasta el final.










Mas emociones antes de la salida, se clava un silencio repentino y justo a mi derecha, encima de un pequeño escenario, un tenor está cantando el himno de América, gorras fuera, manos al pecho, vista al cielo, hay de todo a mi alrededor, pero lo que predomina, son nervios y ganas de empezar, nos avisan que en cuatro minutos se da la salida y pasados, PPPAAAA, disparo al aire y comienza la prueba, yo me animo y empiezo bien, fuerte, pero dosificando, solo hago mirar hacia adelante y estoy justo detrás de toda la elite, me encuentro entre los 40 primeros, es un sueño, veo a los Keniatas y resto de corredores rápidos, pero empiezo a ver que es muy favorable, mucha bajada, no debo lanzar la zancada por mi problema en los isquios, sabía que no estaba del todo curado, pero no dolían, ni molestaban, solo eran sensaciones del miedo a que no me pasara nada. Primer mil 3,18, Daniel vas muy rápido, a cabeza de carrera está cada vez mas alargada, estamos llegando a la primera milla y ya no veo muy bien la cabeza de la misma, si el coche cronometrador, pero la elite se pierde, entre curva y curva, entre arboles y mas arboles.








Marco el segundo mil a 3,24, no quiero seguir tan ligero, pero las emociones pueden conmigo, la motivación es tan grande y todo el esfuerzo que hemos realizado, todo lo que nos ha costado llegar hasta allí, tantos madrugones, tantos kilómetros y tantas cosas vividas, hacen que este todo en esos momentos en mi cabeza y me hace volar, pero soy realista, sé que no podre aguantar mucho mas ese ritmo y menos aun si me rompo, por lo que decido ajustarme más a mis tiempos y así hago, aunque sigo volando y marco mi mejor tiempo en media maratón 1h 18m 51s.










En este momento es cuando ya me planteo decir hasta aquí, no sigas que no llegas, pero seguía con ganas, pensaba en todos los míos, la gente que me ha apoyado, la gente que me anima, que me pregunta, que se preocupa por mí, por nosotros, pero nada, mi ritmo no decae mucho, pero llega el km 25 y me encuentro con una bajada muy pronunciada y aunque procuro no lanzarme mucho lo hago y empiezo a tener los primeros miedos, los primeros síntomas de que las piernas no están del todo bien, pero no hago caso y procuro seguir con mi marcha de marcar las millas sobre 6,20 a 6,40, pero veo que no está la cosa para muchas fiestas y empiezo a pensar en el HEARTBREAK, ubicado entre la milla 20 y 21, sobre el km 32, aunque como os conté al principio, hay otros dos repechos más duros antes de llegar al famoso.








Los paso y encaro el ultimo y más conocido y no me encuentro mal, he remado mucho de brazos para que se me pasara mas cómodo y me animaba yo solo diciéndome a voces, PUEDES-SUFRE-VAMOS. Una vez coronado solo pienso en la bajada que es el resto del recorrido y en ver los edificios más altos de la ciudad de Boston, ellos me guiaran hasta la meta, ya que se encuentra en sus faldas. Llego a tres millas de meta, solo tres millas de meta y no sé qué me pasa, estoy sufriendo mucho, no voy, no me encuentro bien, pero saco fuerzas de donde no las tenía y sigo.








Me cuesta mucho dar ya una zancada, paso por el km 40, me digo “Daniel solo 2000m” vamos, no pares ya, me encuentro en las calles de Boston, el ruido es brutal, la gente es espectacular, como te animan, como gritan, giro a la derecha y me suena esta calle de las mañanas anteriores, estoy donde la foto del parque de bomberos, giro a la izquierda y me encuentro ya la recta de meta, si es así, ya he llegado, no me lo creo recta final, miro a la derecha y entre saltos, voces y gritos veo a las mujeres de mis cuatro gladiadores, las miro, las saludo, se la dedico a ellas también por todo el cariño y apoyo que siempre me han mostrado y ya solo queda cruzar la META, intento dar las zancadas más altas y más lejos y lo consigo, entro roto, destrozado, pero contento de haber terminado un sueño, una proeza, un objetivo cumplido.









La gente en las calles de Boston te aplaude, te saluda, para ellos eres un mito, un héroe, un campeón y no solo los voluntarios que te arropan y cuidan a la llegada, es todo el público, en las aceras y ya camino del hotel ni os cuento, te paran y te felicitan, como si vinieras de la guerra, solo escuchas, “GOOD JOG”, bueno es casi igual para nosotros, es nuestra guerra particular.
Mi consejo, hacer esta carrera.
Gracias a todos los que hacéis que un deporte como este nos llegue a gustar tanto.
Gracias a todo el mundo que nos animo en cada paso por esas tierras americanas.
Gracias a mis cuatro compañeros de camino y aventura BLAS, CARLOS, VICTOR y CHRISTIAN.
“EL DOLOR ES PASAJERO, EL ORGULLO ES PARA SIEMPRE”